La vida de la actriz Olga Chejova, sobrina de Antón Chéjov, es tan intrigante y apasionada como la que pudiera crear el novelista más imaginativo. Nacida en la Rusia de los zares, consiguió sobrevivir al vendaval de la Revolución rusa y a las penalidades de la guerra civil para escapar a Berlín en 1920 huyendo de la miseria y la degradación. Allí empezó a trabajar en el cine mudo de los Lang, los Murnau o los Lubitsch hasta convertirse en la estrella favorita de Hitler y de la corte del Tercer Reich. Pero tras su título de Actriz del Estado, concedido por el mismísimo Fürher, Olga Chejova escondía su condición de espía en la sombra de los servicios soviéticos de inteligencia. A caballo de dos mundos irreconciliables, pero igualmente feroces, la saga de Olga Chejova y de su familia, grandes actores del Teatro del Arte de Moscú supervivientes del terror estalinista y de la invasión nazi de la Unión Soviética, nos sumerge en el mundo alucinado de unos seres humanos que, desgarrados entre sus fidelidades y sus convicciones, luchan por su vida en un tiempo de crueldad.