En 1878, Robert Louis Stevenson quiso huir de sus numerosos problemas -salud escasa, amores tormentosos, dificultades económicas-, emprendiendo un viaje a través de los montes Cévennes, en Francia, acompañado por Modestine, una burra algo especial.
Los apuntes que Stevenson recogió durante el viaje dieron origen a este libro, una entretenida descripción de los franceses y de su país.