Es posible resumir el sentido del ensayo de Alberto Manguel con las palabras del propio autor: «La realidad del mundo cervantino […] puede ser retratada fielmente sólo a través de aproximaciones y fragmentos, como una crónica que, alternativamente, asume y niega el punto de vista de un loco, o de alguien a quien la sociedad tilda de loco». Una idea central del ensayo del escritor argentino-canadiense es que el Quijote contiene una reivindicación de las raíces mestizas de España, la España de moros y judíos, de moriscos y conversos. Esa idea se personifica primordialmente en dos figuras y en un episodio: el escurridizo Cide Hamette, a quien Cervantes atribuye la autoría de la obra, y la denuncia, por parte de Ricote, de la infame expulsión de los suyos.