Esperaba que alguien me dijese qué había de bueno en mí. Más tarde me pregunté si sería por eso por lo que había muchas más mujeres que hombres en el rancho. Todo el tiempo que había dedicado a prepararme, esos artículos que enseñaban que la vida no era más que una sala de espera, hasta que alguien se fijara en ti... Los chicos habían dedicado ese tiempo a convertirse en ellos mismos.