Jaime Alfonso Sandoval utiliza el humor de una manera magistral para narrar desgracias. Quizá es por la locura de mundo en la que vivimos pero las vivencias de la familia Topete Ruiz parecen perfectamente pausibles. Me enfadó mucho la actitud del padre pero creo que es congruente con muchos hombres mexicanos que se llevan entre las patas a sus familias y esposas con tal de sentirse reconocidos. Aún así la historia me sacó muchas carcajadas y disfruté sobretodo leer a Flora.