Sin embargo, es precisamente el hecho de que seamos mortales, de que nuestra vida sea finita y nuestras oportunidades limitadas lo que hace que tenga sentido emprender algo, usar una oportunidad y llevar algo a cabo, aprovechar y llenar el tiempo. La muerte es la que nos empuja a ello. La existencia de la muerte es precisamente lo que convierte nuestro ser en 97
un ser responsable.