a FDA había considerado durante mucho tiempo que podía regular los LDT, como se conocían las pruebas desarrolladas en laboratorio. Sin embargo, en la práctica, no lo había hecho porque en 1976, cuando se enmendó la Ley Federal de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos para ampliar la autoridad de la FDA a dispositivos médicos, los LDT no eran comunes. Solo los realizaban en ocasiones los laboratorios locales, cuando un caso médico inusual lo requería.[158]
Aquello cambió en los años noventa, cuando los laboratorios comenzaron a realizar pruebas más complejas para uso masivo, incluidas las pruebas genéticas.[159] Según los cálculos de la FDA, desde entonces se han comercializado decenas de pruebas defectuosas y poco fiables para afecciones que van desde la tos ferina y la enfermedad de Lyme hasta diversos tipos de cáncer, lo que resulta en un daño indecible para los pacientes