A principios del siglo XX, Andréi Biéli ideó un tríptico monumental al que bautizó Oriente u Occidente. La primera parte de ese tríptico es el libro que el lector tiene entre las manos, La paloma de plata: el espejismo de Oriente, una inmersión en la Rusia profunda, el mundo de las sectas y el misticismo salvaje.
«¡Después de esto uno puede realmente morir! Es nuestra única alegría desde Gogol» (Serguei Esenin)
«La literatura rusa moderna no ha producido nada más grande» (Nikolái Berdiaiev)
«¿Por qué la palabra resplandeciente de genio suena como un título cuando se habla de Biéli? Biéli podría haber sido un profeta. Su demencia de loco está iluminada por una sabiduría de dios» (Ilya Ehrenburg)
«Andréi Biéli fue un poeta de primera fila y el prosista aún más admirable de las Sinfonías, La paloma de plata y Petersburgo, novelas que, antes de la Revolución, produjeron un cambio radical en el gusto de sus contemporáneos y de las que surgió la primera prosa soviética» (Borís Pasternak)
«Mis grandes obras maestras de la novela del siglo XX son, en este orden, Ulises de Joyce, La metamorfosis de Kafka, Petersburgo de Biéli y la primera mitad del cuento de hadas de Proust En busca del tiempo perdido» (Vladimir Nabokov)