La palabra piñen proviene del mapudungun, la lengua del pueblo mapuche, y se refiere al polvo o la mugre aferrada al cuerpo. Una palabra que se ha venido utilizando de forma peyorativa en Chile para referirse a personas racializadas o de extracción social baja. Daniela Catrileo hace suya esa palabra y la reivindica, como parte de la memoria oral de un pueblo oprimido, de un testimonio común, resignificándola. Este libro contiene tres relatos ubicados en la periferia urbana y social. La autora nos habla desde ese lugar, sobre lo que significa ser mujer y crecer en esos espacios más allá de las representaciones hegemónicas que existen de las clases populares y los pueblos originarios asentados en el extrarradio de las ciudades chilenas. Tres cuentos en los que la poesía y la violencia, el cuerpo y lo simbólico, lo personal y lo colectivo, se entrelazan en un gesto de existencia y resistencia.