El año 2020 comenzó al compás del coronavirus; y ha quedado claro que el miedo podría ser tan peligroso como la misma enfermedad. La era de la comunicación y la tecnología ha permitido que noticias y alarmas como la de la aparición de un nuevo virus, viajen y se multipliquen a una velocidad vertiginosa. Al mismo tiempo, circulan todo tipo de rumores que la Organización Mundial de la Salud se ocupa de desmentir o aclarar. Se propagan también asombrosas profecías o coincidencias por demás extraordinarias, que habrían anticipado con precisión la existencia del Coronavirus (COVID-19). ¿Cuánto hay de cierto y cuánto de negocio? ¿Cómo podemos protegernos de los virus biológicos y de la peligrosa viralización oportunista de noticias?