El fuego sube y baja. Sube y baja. Le dije al fuego que ya nos vamos, que no atosigue con su ruido. Las piedras están frías y solo hay noche y, dentro de la noche, cerdos negros cubiertos de ceniza hacen el sonido de pequeños hurones y se van, corren peñasco abajo y ruedan. Baltasar no dice más, ni pío, se lo tragó el aire negro. Era muerto que habla y ahora es muerto callado. Los demás son ceniza que el viento lleva y trae, lleva y trae