«El problema para Bergoglio y para la cultura económica del catolicismo argentino es la prosperidad. Mientras la pobreza preserva la pureza moral y la religiosidad del 'pueblo', la prosperidad lo corrompe, lo seculariza».
Este breve libro es un largo viaje en busca de las raíces culturales de la decadencia económica argentina, raíces que se hunden en la historia religiosa. De la Biblia al papa Francisco, de la cristiandad hispana al peronismo, la pregunta es si existe un vínculo entre pobreza y catolicidad o, al menos, el tipo de catolicidad que se afirmó en Argentina. Si el desarrollo económico no está inhibido por prejuicios teológicos, si el libre comercio no está frenado por tabúes morales, si la creación de riqueza no está obstaculizada por el culto a la “santa pobreza”, si la enorme influencia de la Iglesia y de sus autoridades no alimenta la fábrica de pobres. La autarquía y el pauperismo, el paternalismo y el asistencialismo, el familismo y el clientelismo no son baches del camino, sino el fruto coherente de estos presupuestos culturales. Por lo tanto, no es casualidad que el triunfo de la «nación católica” y de la hegemonía ideológica de su vehículo secular, el peronismo, causaran el progresivo declive económico de Argentina. ¿Qué deducir? Que sólo un cambio cultural profundo permitirá el despegue. Un cambio capaz de romper la simbiosis entre economía y teología. No hay giro histórico en el plano material que no esté precedido por una revolución ideal.