Nacido en una zona rural de Alabama, hijo de un chapero drogadicto y una madre soltera, Gucci Mane empezó a vender drogas en séptimo curso y a rapear a los 14 años. Durante las dos décadas siguientes, pasó por la cárcel —incluida una estancia de tres años en una prisión federal — y por
centros de rehabilitación tras numerosos delitos relacionados con drogas y armas de fuego, y aun así publicó ocho álbumes de estudio y docenas de mixtapes, creó su propio sello discográfico y trabajó con algunos de las figuras más importantes del rap.
Gucci Mane no se anda con rodeos a la hora de relatar los momentos más bajos de su vida y es refrescantemente franco sobre sus relaciones con su rival Young Jeezy y su antiguo protegido Waka Flocka Flame. Una historia fascinante, llena de intrigas en el mundo de la música y tiroteos en el centro de la ciudad.