Todos quieren comer hombre, y al mismo tiempo tienen miedo de ser comidos por los demás. Por eso todos se espían unos a otros, con miradas penetradas de desconfianza…
Si se pudiera acabar con estas ideas, ¡qué agradable sería! Poder trabajar tranquilamente, caminar, comer, dormir sin preocupación. Sólo hace falta franquear una barrera. Pero ellos han formado un grupo; padres e hijos, hermanos, esposos, amigos, maestros y discípulos, enemigos, incluso desconocidos, todos se convencen unos a otros, se encadenan mutuamente e impiden que nadie se decida alguna vez a franquear ese insignificante obstáculo