Un niño austriaco hizo que Europa cayera rendida a sus pies, gracias a la música. Pero no fue fácil. Horas de ensayos, largos viajes por el continente y una apretada situación económica fueron los grandes obstáculos que este chico debió superar. Al hacerlo, su legado musical pudo llegar hasta nuestros días. Frágil de salud, pero de un talento vigoroso, este niño se perderá de juegos, amigos e incluso de la escuela para cumplir su sueño: vivir la música.