Si hay un presidente de México que haya utilizado su poder de manera perversa ese fue Felipe Calderón. Estruendosos fracasos como su Michoacanazo y su Operación Limpieza -concebidos para encarcelar a representantes populares y servidores públicos por presuntos nexos con el crimen organizado— quedaron registrados en la historia del país como alguno de los pasajes más bochornosos del uso político de la justicia.El encarcelamiento hace siete años de Greg Sánchez, cuando se encontraba en plena campaña por la gubernatura de Quintana Roo, junto con la persecución judicial de su esposa, se inscribe en esa cadena de abusos. Sin embargo, con la mayor parte de los imputados, el controvertido empresario y político ha quedado prácticamente exonerado de todos los cargos que, afirma, le inventó el gobierno calderonista.***En el caso de la fabricación de delitos contra Greg Sánchez no queda ninguna duda de que Felipe Calderón actuó como un verdadero delincuente de Estado. Ricardo Ravelo
Casi tan pronto como Greg Sánchez incursionó en la política se enfrentó al Leviatán de Hobbes, ese implacable monstruo del poder que no perdona ni la buena ni la mala fe de los hombres. En caso de Greg es uno entre millones de injusticias protegidas desde el putrefacto sistema político mexicano. Javier Silicia