La poesía de Jotaele Andrade se define en un verso de este libro: el zumbido de un insecto en la oscuridad de un cuarto donde estás solo. Y este zumbido es la propia respiración del poeta. Su forma temperamental de comunicarse con un idioma que nos incomunica con lo conocido. Porque su voz es demasiado propia, tan amenazante como inadvertida.