resto de mujeres manifiestan los mismos pesares e inquietudes. Se comprenden. Unas son espejo para las otras. Por eso, intentan crear otros momentos en comunidad (2018b: 536): las charlas en el rellano, las tertulias sentadas en el patio o en el umbral de sus puertas, al tiempo que cosen, hacen punto o desenvainan los guisantes. Llevan el hogar con ellas, llevándose a sí mismas al mundo.