Las cosas ahora serán diferentes, tendremos que audicionar para seguir viviendo el papel del resto de nuestras vidas, ¿quién asegura que lo haremos bien y que nuestra obra recibirá buenas críticas? El futuro es más incierto que el infinito, el futuro no se puede medir, el futuro ni siquiera existe. Entonces, ¿por qué nos preocupamos tanto por él? —Guardo un minuto de silencio y continúo el discurso—: Porque duele despegarse de lo conocido, duele emprender nuevos caminos que quizá nunca más coincidirán con las personas que hoy amamos, duele porque no tenemos la certeza de que nuestros esfuerzos valdrán la pena. ¿Qué podemos hacer? Guardar en la memoria los recuerdos que nos sacarán una sonrisa, los malos que nos dejan enseñanzas, lo que sí es seguro es que hoy estamos parados aquí y alguna vez no estuvimos seguros de lograrlo.