A veces nos encontramos volviendo a una tarea reiteradamente, todavía no estamos dispuestos a dar el primer paso. Escuchamos una vocecita en nuestra cabeza que dice: «Sí, buena idea, pero… no». En este punto, tenemos que hacerle algunas preguntas a esa voz, para descubrir qué es lo que realmente hace que sea poco atractivo tomar medidas. Esto no necesariamente requiere psicoterapia. Con paciencia, hazte algunas preguntas sobre «por qué»: «¿por qué parece difícil hacer esto?» y «¿por qué ocurre?», y el bloqueo puede aflorar con bastante rapidez.