Bah —Morfeo engancha un pincel—. Debería estar cubierta por la luz de las estrellas y las nubes, de encaje y suavidad. Nada menos que eso debería tocar su piel. —Señala con las cerdas a Jeb—. He visto lo que le has puesto a Thomas. No vas a pintarla con uno de esos trajes de matón. Es de la realeza, vístela como tal. Dale brillantes… oropeles y una corona.