La economía y la gestión han sido las disciplinas que se han encargado de difundir la decisión como sinónimo de acción que, adicionalmente, sigue un proceso que amerita ciertos requisitos. Entre ellos, una especie de insumo: la información, los “datos duros”. Con esta idea, la atención de los estudiosos se concentró en un solo modelo, el racional, y lo convirtió en aspiración universal.
La matemática vino a facilitar la modelización y la optimización en temas tales como finanzas, operaciones industriales y comerciales, etc., inaugurando una tendencia cuyo momento dorado se dio justamente después de la segunda guerra mundial, pero no obstante sus tropiezos y consecuencias no buscadas conservan, hasta la fecha, su hegemonía.
La presente obra tiene como propósito demostrar que la decisión no siempre está vinculada a la acción y que existe una amplia gama de modelos y métodos para decidir y actuar; adicionalmente, los describe y ordena por la lógica que los sustenta, para luego compararlos y criticarlos buscando, en última instancia, que su selección y adopción sea más fundada.