Mi padre siempre decía, a modo de consejo, que la vida es una escalera, el secreto más difícil de aprender es saber cuándo y cómo pisar el siguiente escalón y que, en lo posible, sea el de arriba. Por eso eligió la guita y no la música. Juan Sebastián Lebonté es músico, no por vocación sino por prepotencia paterna. En una de sus giras por pequeños pueblos de Europa del Este, recibe la noticia de que su padre ha muerto y decide regresar a Buenos Aires. Cuando llega el momento de hablar de la herencia, Juan se entera de que su padre, quien consiguió una muy buena posición económica durante los años setenta, solo le dejó un campito en el conurbano, por la zona de la estación de tren de Paso del Rey, que nadie en la familia recuerda. Hernán Ronsino, una de las voces más potentes de la literatura argentina contemporánea, construye una novela atrapante que indaga en el vínculo padre-hijo, en los secretos familiares y también en la posibilidad de encontrar una grieta que permita no repetir la misma historia, una suerte de fuga.