La ética de la crueldad

Si alguien me lo reprocha diré que la escritura no es nunca culpable, como no lo pueden ser los pensamientos: todos hemos asesinado en nuestra imaginación

escena está escrita con una fría falta de compasión que se acerca a lo inhumano

suele considerar de mal gusto que un escritor se cite a sí mismo cuando se sale de su ámbito natural

En cierto sentido muchos de esos libros que pretenden ser morales –el autor revela con ellos lo ruin que es el mundo pero no él, ya que él condena esa maldad– son también extremadamente conservadores

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La idea sentimental, o religiosa, de que el silencio nos une es una falsificación. El silencio sólo se comparte en la fantasía de los que callan, que suponen una complicidad emocional o intelectual. Los enamorados asumen a veces que sienten lo mismo cuando callan juntos, pero nada nos dice que uno de ellos no esté fantaseando con algún amante o preparándose para decirle a su pareja que va a abandonarla

palabras, neologismos, yuxtaposiciones que a simple vista no siempre son lógicas

imitarse a la descripción equivale evidentemente a recusar toda otra manera de acercarse al objeto: la simpatía por irreal, la tragedia por alienante, la comprensión porque pertenece al ámbito exclusivo de la ciencia.»

La literatura, la buena literatura, suele seguir el mismo camino.

Tarantino es, por cierto, un buen ejemplo de crueldad hegemónica

Como comenta Safranski, hay en Sade un impulso casi religioso de llegar al mal absoluto para probar su libertad frente a Dios e incluso frente a la naturaleza.