(h)amor 9 amigas

Nunca nada es tan sublime como hemos imaginado que es, y por eso solo podemos encontrar lo sublime donde no lo esperamos.

También me pregunto qué imagen conservará ella de mí; ¿llegó a ver mi cara tal y como es cuando me miraba antes de besarnos?, ¿la forma de mi cuerpo leída con sus manos es la misma que la que veo yo en el espejo?, ¿llegó a oler el pelirrojo de mi pubis antes que a verlo?, ¿me consideraría guapa desde su mirada? Su forma de ver y mi forma de ver son distintas, la persona que soy y la persona que recuerda también lo somos. Me pregunto quién seré una vez filtrada por el tacto, el olor, el sabor y el sonido. Me pregunto quién seré filtrada, además, por estos años.

En Identidades lésbicas, de Olga Viñuales, se afirma que en el caso de las lesbianas es habitual que «las amistades de la infancia y adolescencia» sean sustituidas, a medida que envejecemos, «por una red compuesta en su mayoría por otras lesbianas». A través de su trabajo, Viñuales asegura que para nosotras, «las expectativas en torno a la relación de amistad se revelan, en general, como un fuerte compromiso recíproco. Un compromiso basado en la complicidad, la admiración, la ternura y la interacción frecuente». Dice también que podría decirse que las redes de amistad, en este caso, «son más densas e importantes que en el mundo heterosexual donde el matrimonio y la filiación va reduciendo las relaciones y

Si se rompe una relación de pareja podemos creer que el problema está en el vínculo que nos une y trabajar por transformarlo. Siempre queda la oportunidad de ser amigas, pero después de una amiga ya no hay nada. El dolor es tan grande y la sensación de culpa tan tremenda que, al menos a mí, me invadió por completo la vergüenza.

Es lo que tienen los duelos, que duelen, que se escriben con sangre podrida. No hay saltos de página posibles por mucho que tú te empeñes en tratar de hacer como si nada hubiera ocurrido. Los duelos se acumulan y no por eso dejan de doler. No importa quién conjugue el verbo, quién tome la decisión, quién haya sido la primera en buscar la puerta de huida. Lo que duele es precisamente eso: quedarte sin lugar al que volver, sin cuerpo que te cobije del mundo, sin esa intimidad que te dan esas amigas que pensabas que eran para siempre.

A partir de un elaborado análisis de campo, concluye que las relaciones de amistad entre las personas LGTBQI+, de alguna manera, suplen el abandono. Todo ha cambiado mucho desde que se publicó el libro en 1991, pero me atrevo a afirmar que cierta sensación de abandono o, quizá más bien, de decepción sigue acompañándonos a muchas. Tal vez por eso, las amigas resultan una red de tanta consistencia para muchas lesbianas. ¿Puede que esa defensa de las nuestras tenga mucho que ver con el miedo a la pérdida?

He llamado «amigas» a muchas personas de las que ya no me acuerdo y echo de menos a algunas viejas conocidas que me hicieron daño.

Todo lo que te pasa a ti ya le pasó a alguien en los siglos xvi y xvii», decimos siempre. También la euforia, los desvelos, las turbulencias, los cuidados, el rigor y la devoción de las amigas.

Cuando he roto amistades no ha sido porque haya dejado de querer, de amar, de sentirme ligada, sino porque ya no había una acción que permitiera el lazo. No son pocas las ocasiones en las que me odio por ello. Odio el no quererte como amiga, odio la tibieza de nuestros encuentros después de la calidez que siempre los había rodeado. Odio que la disidencia haya aparecido y que el orden y la norma lo impregnen todo. Odio sentir que te debo algo simplemente porque existe un lazo afectivo. También lo hubo con quien me maltrató y con quien hizo de mi casa un infierno.
Pero es que la amistad es más acción que lazo

La amistad como acción afectiva nos posibilita la rearticulación del amor. Elizabeth Telfer afirma que existen tres condiciones necesarias para la amistad: actividades compartidas, las pasiones de la amistad, y el reconocimiento del cumplimiento de las dos primeras condiciones. Sin embargo, para desarrollar un enfoque crítico de la amistad como fenómeno políticamente saturado para la resistencia política, creo que debe de darse un análisis crítico de esta modalidad de amor.