Oh amada Judy, Dios nuestro Padre realmente quiere que tengas salud, no esta devastadora enfermedad; recíbela en este instante.
Después repetí esta oración de David: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí” (Salmos 51:10). Dije:
—Judy, creo que tienes un corazón limpio y un espíritu recto. Permitamos que el Espíritu Santo haga Su obra de examinar y renovar el corazón