La obra maestra de Voltaire fue la invención del intelectual moderno. Él fue el primero, no en balde Voltaire no pretendía simplemente modificar nuestra comprensión del mundo, ni la conducta individual del sabio en el mundo, sino que quiso enmendar el mundo mismo. Y muestra de ello son las sentencias y aforismos aquí recogidas, certeras en su mayoría, directas siempre y con mucho sentido del humor.
«Los errores históricos seducen a naciones enteras.»
«La duda no es un estado demasiado agradable, pero la certeza es un estado ridículo.»
«Un hombre tiene siempre razón cuando admite que se equivoca frente a una mujer.»