Spaemann aborda una temática antropológica y ética del máximo interés: ¿tiene el hombre una naturaleza o no? ¿Podemos hablar con verdad de naturaleza humana? De la respuesta a esta pregunta dependen cuestiones tan fundamentales como la posibilidad de disponer de criterios morales firmes, la existencia de una dignidad humana, etc.
De estilo claro y sencillo, Spaemann pone en relación una vez más el pensamiento clásico con el moderno, conjugando los fundamentos metafísicos, la trascendencia, la filosofía política y un ecologismo que, tras rebelarse contra el desprecio del mundo natural, no sabe cómo resolver la situación al carecer de un concepto adecuado de naturaleza.