Irene Solà escribe como si fuera un fantasma que lleva doscientos años vagando sobre la faz de la tierra y hubiera visto todos nuestros secretos
Soy Dolça.
Es el primer libro que termino en el año y después de mucho tiempo sin leer. Lo disfrute mucho, tiene una profundidad no solo en la historia si no en como esta escrito, y todo lo que proyecta en la mente. Me encanto y ahora quiero leer más de esta autora que me tiene intrigada y de alguna forma seducida.
Este libro es un viaje espeluznante y divertido. Una historia de generaciones de mujeres unidas por un terruño y una maldición. Increíble.