Satsuko Kunieda tiene treinta y dos años, trabaja en una agencia de publicidad y lleva demasiado tiempo sin novio. Un día, saliendo de casa con prisas para ir al trabajo, se da cuenta de que no lleva sujetador, así que, para no aparentar falta de seriedad, entra en una tienda de lencería. El dependiente es un chico que, mientras la atiende, le va dando consejos como si fueran amigos de toda la vida. El descaro de Yō Isaji, que así se llama el misterioso vendedor de lencería, la atrae y repele a partes iguales. Pero Satsuko no tardará en volver a la tienda y descubrir que Yō tiene un don. A partir de entonces, Satsuko comienza a reflexionar sobre sí misma y el lugar al que la ha conducido su vida, al tiempo que recomendará la corsetería donde trabaja Yō a todas sus amigas y conocidas (incluidas una actriz madura caída en desgracia y un selecto grupo de ejecutivos travestis), hasta que la tienda se convierte en un santuario donde las peregrinas serán atendidas por el perfecto consejero, un hombre que parece conocer los arcanos del alma femenina.