Entrenar líderes se ha convertido en una necesidad imperiosa para las organizaciones que quieran sobrevivir en el tiempo. Es, de hecho, la esperanza más genuina para aprovechar y organizar el escenario crítico que hoy atravesamos. Entrenar líderes es un arte. Se trata de descubrir y modelar el estilo propio de servicio de aquellos que fueron llamados a conducir una empresa o una corporación. El éxito de este aprendizaje quedará cifrado en la manifestación de su amor a los demás, en sus ideas y en el coraje de producir acciones innovadoras.