El training del actor

actúa simbólicamente con el instrumento de trabajo que es su cuerpo. Le hace brotar formas imaginarias tomando del fondo común de signos que comparte con su público. Su talento consiste en el suplemento que suscita por su personalidad propia, su aptitud para arrebatar la adhesión de la sala. No se trata de reproducir un texto sino de encarnarlo, de darle vida a los ojos del auditorio

Primero los sentimientos, las palabras vienen enseguida.

l habla tampoco cae por su propio peso, es necesario movilizar músculos. La voz es antes que nada músculo: diafragma, cuerdas vocales, perineo, etc. Es impresionante ver cuántos actores h

es una sucesión de estados de equilibrio y desequi

En la vida diaria, no caminamos necesariamente bien. No es deseable que llevemos este defecto al escenario.

La actuación supone la escucha

El training del actor, como el del acróbata, debe mostrar esta abertura, que es un escape hacia el infinito a partir del conocimiento de lo real. El pedagogo no debería ser un inseminador de ideas, fabricante de hombrecillos a su imagen, sino simplemente abrir puertas, mostrar caminos, dar el gusto por la exploración y la posibilidad de soñar. Así se eleva el actor, así se engrandece. Avanza por su propio camino, en un mundo que ha aprendido a observar, a sentir y a descifrar

training. Pensar en otra cosa, relajarse, ir a la piscina es training; no ir a la piscina es training; no levantarse demasiado temprano es training, sobre todo levantarse temprano es training; ver a alguien es también training, no verlo es training; revisar el texto es training, sobre todo no revisar el texto es training; etc. La jornada entera del actor que actúa es un training mental y psíquico.

l calentamiento es un proceso natural, orgánico, del actor. Aun sin un training físico preciso antes de la representación, toda la jornada del actor

Yoshi Oída.
Cuando nos sentimos felices, nuestros pensamientos son optimistas, el pecho se abre; cuando estamos tristes, el pecho se cierra, encogemos los hombros, bajamos la cabez