Una pedagogía marcadamente positiva
La pedagogía del ideal es una pedagogía marcadamente optimista. Muestra en primer lugar lo positivo. En una jornada dictada en 1935, el P. Kentenich aborda esta dimensión explicando la educación en el sentido del ideal personal. Dice así:
El ideal personal actúa de forma positiva. Si tomamos expresiones de la medicina, podemos distinguir entre un procedimiento quirúrgico y un procedimiento curativo.
Procedimiento quirúrgico. En este procedimiento, nuestras inclinaciones y pasiones son simplemente extirpadas. Pero proceder así es erróneo. Así lo sentimos. En efecto, Dios nos ha dado las pasiones como ayudas y apoyos. Por eso, el sentido de la educación no es extirpar sino ennoblecer. No obstante, a veces tenemos la impresión de que, en el mundo educativo, algunos entendiesen la expresión que habla del “despojarse” del hombre viejo como si pensaran que educar consiste en un constante negarse a sí mismo. Pero la frase dice: “despojaos” y “revestíos”. La actividad principal tiene que consistir en el revestirse.2
Procedimiento curativo. Este a su vez puede ser de dos tipos: alopático u homeopático. Puedo procurar que se eleve el bienestar general del cuerpo o que una parte determinada que está enferma recupere la salud siendo aislada en cierto modo respecto de las partes sanas. En el primer caso, tenemos el procedimiento positivo y, en el segundo, el negativo. Del mismo modo debemos distinguir también en la ascética un procedimiento positivo y uno negativo.
Procedimiento curativo negativo. En el caso en que el alma está apegada a algún valor aparente, este procedimiento se esfuerza por desenmascararlo y desvalorizarlo. Supongan que estoy apegado desordenadamente a una criatura, tal vez, a una muchacha. Puede ser también, por ejemplo, que esté apegado al cigarro. Ahora quiero superar ese apego desordenado. Tengo entonces dos posibilidades: puedo obnubilar ese valor al que estoy apegado. Y puedo procurar que quede eclipsado. Obnubilar: me digo “vanidad de vanidades”. El hombre es hombre. Es polvo y ceniza. Así, obnubilo el valor al que estoy apegado.
El otro tipo es el procedimiento positivo: un eclipsamiento. De mañana, mientras el sol no ha despuntado todavía, veo toda una cantidad de estrellas. Pero cuando ha salido el sol, las estrellas desaparecen, ya no me impresionan más. Así, cuando se presentan las inclinaciones desordenadas, yo podría eclipsar también mi apego a las criaturas disponiéndome a amar con todo el fervor de mi alma al bien superior, a Dios mismo.