Ética promiscua

Nadie «te hace» sentir celos o inseguridad: la persona que te hace sentirte de esa manera eres tú. No importa lo que esté haciendo la otra persona, lo que tú sientes como respuesta está decidido dentro de ti.

Date permiso para cuidar bien de ti mientras aprendes a superar los celos y otros sentimientos complicados. Aprende a cuidarte. ¿Qué cosas encuentras reconfortantes? Concédetelas. ¿Un chocolate caliente? ¿Una toalla caliente después de un largo baño? ¿Una larga sesión con tu película favorita o con un videojuego? ¿Tu oso de peluche favorito? El autocuidado efectivo suele darse en el marco de la percepción corporal, por lo que las experiencias físicas —masajes, baños calientes, cremas corporales, pijamas de franela— pueden dar la sensación de consuelo y seguridad incluso cuando tu mente está preocupada y tus pensamientos hechos un lío. Date permiso para cuidarte lo mejor posible

uando tus emociones son abrumadoras y caóticas puede ayudar el preguntarse si hay algo que podrías hacer que te ayudase a sentirte solo un poquito más a salvo. No te preocupes de la foto completa. Quizás todo el asunto es demasiado grande para llegar a comprenderlo por completo ahora mismo. Respira hondo unas cuantas veces, relaja conscientemente algunos músculos, pon música relajante. Prueba a envolverte en una manta suave. Puede que no parezca mucho pero, una vez que eres capaz de hacer algo que mejora las cosas aunque solo sea mínimamente, te estás moviendo en la dirección correcta para tener la confianza de que puedes aprender a manejar tus sentimientos de celos.

el miedo no puede coexistir con la gratitud. Por lo que, si estás sintiendo miedo o inseguridad, intenta recordar tres cosas por las que sientes gratitud y observa si algo cambia

A los sentimientos —ya sean tuyos o de otras personas— les gusta ser escuchados

Esta aparente indiferencia es una manera horrible de evitar enfrentarte a tu propio sentimiento de culpa

Cuando te niegas a reconocer que tienes celos, renuncias a la posibilidad de ser compasivo contigo mismo, de ofrecerte el apoyo y consuelo que necesitas

Una manera de hacerlo es simplemente dándote permiso para sentirlos. Simplemente siéntelos. Te va a doler, y sentirás miedo y confusión, pero si te sientas sin moverte y escuchas con compasión y apoyo a la asustada criatura en tu interior, la primera cosa que aprenderás es que se sobrevive a la experiencia de los celos.

Una manera de hacerlo es simplemente dándote permiso para sentirlos. Simplemente siéntelos. Te va a doler, y sentirás miedo y confusión

Noto que los celos vienen y van, dependiendo de lo bien que me siento conmigo misma. Cuando desatiendo mis necesidades, es fácil sentirme celosa y pensar que alguien está consiguiendo lo que yo no consigo. Me obligo entonces a recordar que es tarea mía tener mis necesidades cubiertas. Siento los celos, pero no estoy dispuesta a actuar en base a ellos, por lo que casi siempre desaparecen