A la protagonista de esta historia le diagnostican una enfermedad extrañísima y le dan 20% de posibilidades de sobrevivir. ¿Qué decide hacer con los últimos seis meses que le quedan? Escribir una novela. Empieza a planificarla y entiende que para tener material para escribirla necesita vivir nuevas experiencias: probar MDMA, robar, tirarse en parapente y tener sexo sadomasoquista. Pero no todo es tan sencillo. Entre desoladores mails a su ex, delirantes reacciones de su familia, una prima que le pide un favor inesperado y reflexiones sobre el feminismo, la trama estalla en un arco narrativo imposible de prever. Sólo se muere una vez es una lección de humor negro cargada de imprevistos, absurdos y especulaciones desopilantes: una joya tan brillante como atípica dentro de la narrativa contemporánea argentina. Bianca se atreve a todo y explora los intersticios incómodos que la gran mayoría de las autoras esquivan, y lo hace con acidez, honestidad y desparpajo, porque, como dice la narradora, a veces vivir es infinitamente más difícil que morir.