A tu hijo le llamó Martín Cortés, aunque ya después, poseedor de fama y prestigio, lo desplazara de su linaje, teniendo otro con una mujer más digna que tú, blanca, noble, rica. Ése fue su verdadero heredero, al que también llamó Martín Cortés. ¡Pobre Malinche, hasta tu hijo fue negado!