Aguas de estuario

En última instancia todo depende de las palabras: palabras, el elixir de la vida. Debe ser por eso que mi descanso se constituye en tener tiempo para estar aquí escribiendo palabras, en encontrarme con palabras pendientes de leer, y la dicha es que, cuando trabajo, estoy jugando a las palabras con los niños, pensando qué más hacer para que otros se enamoren de las palabras

pero parte del impulso para cambiar tan radicalmente de vida fue que necesitaba sentir que mi existencia tenía sentido, que estaba dedicando cada día a algo que valiera la pena para mí y que al final de la vida me hiciera sentir orgullosa. Justo eso es lo que he encontrado en esto de ser la seño Velia, la que se encuentra con otros alrededor de los libros, la que intenta motivar a los niños a que amen la lectura y los libros tanto como ella, la que acompaña a los maestros

Sigamos, querido amigo, en este mar que no es del Norte ni del Sur, que no se sabe a dónde va porque no lo necesita, que va y viene, que es solo presente pero sabe de su estela y sigue hacia el futuro.

La llenura del alma me aleja las palabras de los labios, siento que no las necesito tanto, me lleno de silencios.

es como se va armando esta tierra, a la que no queda remedio más que amar y narrar

la apropiación desde el sentir no vemos error—

Nos hemos inventado un mundo de palabras, un amor hecho con palabras, deseo de palabras, espera por las palabras, emociones que vienen de las palabras, de las que se dicen y de las que están por decirse, aun de las que no se dicen pero sabemos que están.

Eso, que genera desasosiego en otros, a mí me da el placer de la luz de las luciérnagas, una intermitencia divertida, una luz que no encandila la mirada. Nada de rayos estridentes. El encanto de alumbrar siempre, aunque no te vean todo el tiempo.

tranquilidad que se siente cuando el tiempo es suficiente. No quedamos en deuda porque sabemos que habrá más.

recordé la importancia de la poesía en mi vida. Es como un baño de belleza o de la conciencia de la vida en un solo trago, es estar existiendo y, en medio de todo, sumergirse en un espacio pequeño que puede revelarlo todo. Trae nostalgia, dolor, alegría, muchas emociones posibles. Cuando leo un poema, es como si respirara profundamente y con ese aire llegara el sentimiento que define el poema leído.