A medio camino entre el ensayo y la autobiografía, «Las pequeñas virtudes» reúne once textos de tema diverso que comparten una escritura instintiva, radical, una mirada comprometida llana y conclusivamente humana. La guerra y su mordedura atroz de miedo y pobreza, el recuerdo estremecedor y bellamente sostenido de Cesare Pavese y la experiencia intrincada de ser mujer y madre son algunas de las historias de una historia—personal y colectiva—que Natalia Ginzburg ensambla magistralmente, en estas páginas de turbadora belleza, con una reflexión sagaz siempre atenta al otro, arco vital y testimonio del oficio—vocación irrenunciable, orgánica—de escribir.
«Uno de sus mejores libros… La irónica, perspicaz, delicada y detallista observadora; el consciente y lúcido testigo de su época».
Mercedes Monmany, “ABC”
«Un atinado retrato de la indigente Italia de Posguerra; un agudo y humorístico análisis de su relación conyugal, la recreación de su prolongada estancia en Londres, un sobrio y sentido homenaje a su amigo Cesare Pavese».
«El País»
«Su valor central reside en su tratamiento de la educación».
“El Mundo” -"El Cultural”
«Las pequeñas virtudes son sin duda el auténtico hilo de Ariadna de una existencia vivida con intensidad e infinito desgarro».
Álvaro de la Rica, “El Mundo”
«La elevación de lo particular y cotidiano a categoría filosófica tiene lugar con una frescura y naturalidad que logran llegar hasta lo más abstracto, sin desprenderse nunca del hilo concreto de su experiencia como mujer dotada de una capacidad de observación poco común».
Carmen Martín Gaite
“Ginzburg rescata instantes de su pasado, y plasma reflexiones de una gravedad y lucidez moral que se manifiestan con sobriedad y delicadeza”.
David Broc, «Qué Leer»
«Es difícil hacerse con el secreto de la prodigiosa prosa de esta mujer. Frases breves, suaves descripciones que pasan sobre las cosas sin apenas rozarlas, sin retórica, casi sin adjetivos. Sus textos funcionan a base de acumulación, como una letanía. Y de pronto, se produce el milagro, en la sencillez se abre el abismo, el lector cae dentro de la herida abierta, sorprendido, conmovido».
Elelena Hevia, «El Periódico»
«Esta joya condensa las grandes virtudes de la escritora, su sólida moral y sus férreos principios».
María Tena
“Una obra de arte en miniatura”.
Miguel Polo, “Gentleman”