Un libro muy bello y la forma de escribir de Ginzburg es preciosa: en detalles pequeños, en guiños de lo cotidiano, te condensa la vida misma. Mención especial el texto donde destruye a la comida inglesa jaja
En estos ensayos hay belleza y sabiduría. A través de experiencias casi siempre biográficas y reflexiones profundas, la autora nos comparte su forma tan humana de ver la vida.
Todo el contenido es una maravilla, pero específicamente «las pequeñas virtudes» es un texto espectacular. Bellísimo, que habla de la relación de uno con sus hijos. Y de cómo se debe buscar el amor a la vida sin darle importancia a las pequeñas virtudes, a las cosas banales, pues.
Sabio, humilde y lleno de amor. Atestígüenlo ustedes: "Nosotros debemos ser importantes para nuestros hijos, pero no demasiado, para que no se les ocurra querer llegar a ser idénticos a nosotros, copiar el trabajo que hacemos, buscar nuestra imagen en los compañeros que eligen para toda la vida."
Es una de las mejores lecturas de la cuarentena, lo recomiendo muchísimo.
Disfruté mucho de todos los textos de Ginzburg.
En cada uno hay reflexiones sobre la vida. Sobre todos los aspectos de la vida humana.
Amé Los zapatos rotos, Mi oficio y por supuesto Las pequeñas virtudes.