María Ignacia Rodríguez de Velasco y Osorio Barba (1778–1850), conocida simplemente como «la Güera Rodríguez». La mujer hermosa y simpática que dicen cautivó a Simón Bolívar, Alexander von Humboldt y Agustín de Iturbide.
Resulta difícil deslindar a la mujer de la leyenda. Las sucesivas transformaciones de su figura manifiestan la gran brecha que existe entre los acontecimientos históricos y la memoria de éstos, porque la Güera Rodríguez de la cultura popular dista mucho de la mujer de antaño.
También demuestran que la memoria histórica nunca es definitiva, porque la manera de presentar el pasado se actualiza constantemente según las necesidades del presente. Y nos recuerdan que tenemos que evaluar las narraciones históricas con cuidado, siempre preguntando quién creó cada texto, cuándo, con base en cuáles fuentes y con qué propósito.