Empieza poco a poco, pues esto realmente ayuda. Después de un día largo y difícil puede ser increíblemente complicado encontrar la energía necesaria para volver a activar tu cerebro otra vez, especialmente a medida que llega la noche. Así que plantéate un objetivo pequeño, algo realista y factible. Tal vez una hora a la semana para practicar algo nuevo o disfrutar de un hobby. Después, inténtalo dos veces por semana, quizá por el doble de tiempo. Cuesta creer que nos podamos enganchar con más «trabajo» cuando nos sentimos cansados, pero en cuanto descubras la sensación de satisfacción y orgullo que proporciona completar una pequeña tarea, querrás más.