Esta novela sobre la célebre familia de origen valenciano tiene como marco de referencia el violento trasfondo de las guerras de Italia, conflicto que comenzó en 1495 y uno de cuyos puntos culminantes fue el saqueo de Roma por las tropas imperiales en 1527. Francisco I de Francia, quien asentó las conquistas francesas en suelo italiano, y el emperador Carlos V, quien aspiraba a consolidar el dominio de España en Italia, eran los antagonistas. Giovanni Borgia, el protagonista de esta prodigiosa novela, misteriosa figura que pasó a la historia como el infans romanus, aparece en escena en 1525, cuando tras la batalla de Pavía es rescatado por un prelado amigo de César y entra al servicio del papa Clemente VII. La incertidumbre de sus orígenes atormenta a Giovanni. ¿Es hijo de César y Lucrecia? ¿O, quizás, de Alejandro VI -padre, a su vez, de estos dos? Ante su atril en la cancillería del Vaticano, Giovanni sólo puede confiar su pasado al papel. No se atreve a hablar con nadie porque no tiene en quién confiar. Hasta que Pietro Aretino lo pone sobre la pista de su enigma. Su mente viaja al pasado en una especie de movimiento circular que abarca toda la gloría y declive de los Borgia y descubre la espesa trama de odios filiales, relaciones incestuosas y nepotismo inaugurada por Rodrigo de Borja. Hella Haasse recrea magistralmente ese mundo y la leyenda de esta familia maldita. La evocación novelesca de personajes memorables como Rodrigo de Borja (el papa Alejandro VI), César -quien inspiró a Maquiavelo la figura de El príncipe-, el marqués de Pescara -brillante general del emperador-, Lucrecia Borgia y su impredecible tercer esposo, el duque de Ferrara, junto a personajes de la talla de Maquiavelo y artistas como Miguel Ángel y Pietro Aretino es inolvidable por su gracia narrativa y la fidelidad a las fuentes.