. Por ejemplo, abundan los establecimientos que venden cremas blanqueadoras para la piel. Cuando veo la fantasiosa exhibición de esos venenos, me hierve la sangre. ¡Qué rabia me da! Somos bellas como somos, black is beauty. Esos frasquitos maléficos tienen nombres cautivadores como Diana o Dark&lovely. Mucha gente, mujeres sobre todo, sueña con convertirse en Beyoncé o Victoria Beckham. Quieren ser amadas y mimadas. Los medios no dejan de decirles que, con su cabello rizado y su poderoso culo, no obtendrán nada en esta vida. Que lo negro no es bello, sino feo y monstruoso. Todo son patrañas, pero muchas se lo creen. Caen en la trampa. ¿Y cuál es el resultado? Se estropean la epidermis, la vuelven muy sensible a los rayos ultravioletas y eso, muchas veces, acaba en un cáncer de piel. Además, se vuelven más feas, lo cual no deja de ser paradójico. Se ensucian como cebras enfermas de vitíligo, con el cuello, la cara y los brazos claros y el resto del cuerpo, oscuro.