Mina fue durante mucho tiempo una foto en la nevera. La madre de Hayat pegó la imagen de su mejor amiga en el frigorífico sin saber que su hijo quedaba al instante hipnotizado por esa mujer hermosa. Al cabo de unos años, Mina huye de Pakistán y se va a vivir a Estados Unidos con los Shah, la familia de Hayat. Su llegada cambia la vida del muchacho de un modo radical porque a sus doce años ya no es un niño, pero todavía no es un adulto, y el mundo que Mina le muestra le fascina, le asusta y le confunde por igual. Gracias a ella, Hayat descubre el respeto y el amor por las tradiciones, pero también que el deseo y la culpa dejan huellas imposibles de borrar.