El conde duque de Olivares accedió al poder sin experiencia de gobierno en 1622 y dominó la política española y mundial durante
dos décadas. Su controvertida figura ha sido duramente criticada desde el mismo momento de su caída. El balance aparente
de sus años de gobierno sería catastrófico, iniciando el eterno declive de España y su imperio.
Sin embargo, la visión que aquí nos ofrece Manuel Rivero de esos años es tan sorprendente y revolucionaria como el propio
proyecto del valido. Desde el principio puso en marcha unas reformas, que el autor tilda de revolución cultural, con unos
valores morales que pretendían un cambio de mentalidad hacia la virtud estoica, la frugalidad y el mérito.
Rivero nos guía, con un estilo ameno y riguroso, por los complejos pasillos del poder en el siglo xvii, para devolvernos
una imagen fresca y sorprendente de nuestro pasado. En la corte y en las calles de Madrid, entre los grandes virreyes
americanos, en las expediciones de misioneros a Japón o en las conflictivas fronteras europeas del imperio.
Las sorpresas de esta obra incluyen un giro inesperado en la valoración del legado de Olivares y su supervivencia mucho
más allá del fin de la dinastía de los Austrias. El epílogo, donde se desnuda definitivamente la autoría del Gran Memorial, es una lección de cómo se hace historia.