Coaching para escribir con PNL

antes de ponerse a escribir, no alcanza con saber sobre qué se quiere escribir, cuáles serán las anécdotas que se van a relatar y cuál es trasfondo y la profundidad filosóficos que se le quiere dar. Hay que reunir una serie de informaciones del orden de la acción, y también visual, auditiva, kinestésica, del orden de las ideas y detalles ambientales para vincularlos de las mejor manera posible y que produzcan el resultado verosímil más rico posible

Me di cuenta entonces de que buena parte de los momentos buenos que vivía se debían a que yo mismo me había conducido hasta ellos a fuerza de palabras; por el modo como hablaba conmigo mismo.

Entiéndase de todos modos que cuando una narrativa es rica y profunda, necesariamente vincula detalles con imágenes, apreciaciones, sonidos, ideas, sensaciones

Para que esta “nada” pueda empezar a moverse ha de estar adjetivada puesto que sólo así el cerebro del lector o de la lectora, “amables” ambos, se zambullirá con gozo y placer en el disfrute inmenso y continuo de la literatura, una operación de engaño de la mente para conducirla de modos mágicos y sutiles a nuevos puertos cada vez más lejanos y cada vez más y más interesantes

Los personajes dominados por principios como el Marcel de “En busca del tiempo perdido” o el Oscar Matzerath de “El tambor de hojalata” pueden detenerse morosamente en todos los elementos de su interior porque sus propios principios de acción perceptiva los lleva a ello y dado que disponen de todo el tiempo y no tienen prisa por llegar temprano a ningún sitio las consecuencias en el estilo hacen que este se pueda enriquecer de un modo delicioso

El personaje plano (que representa a un valor o a una actitud de modo emblemático y no experimenta cambios) y tiene un principio que rige su acción (como una minusvalía física, es lector compulsivo de libros de caballerías u otro) puede tener su fuerte en la descripción extendida de cómo opera su principio de acción como reforzador de su valor central en cada una de las acciones que se van produciendo

El personaje plano (que representa a un valor o a una actitud de modo emblemático y no experimenta cambios) y tiene un objetivo puede resultar muy vivo por el contraste entre el principio que lo guía y la experiencia que finalmente obtiene como resultado. Si no hay oposición a su valor central no hay trama.

El personaje redondo (que experimenta cambios) y posee un principio de acción (tiene una minusvalía física, es un asesino compulsivo, es un mentiroso, tiene un miedo cerval, es invisible) puede detenerse sin menoscabo de la atención por parte del lector en la descripción de elementos del ambiente o de sus estados interiores porque ese elemento personal que opera como un principio de acción que le da coloratura a todo lo que realiza enriquece las situaciones como para hacerlas muy vivas con independencia de que tenga o no un objetivo

En términos generales, el personaje redondo (que experimenta cambios) con una objetivo (matar a alguien, superar una meta, conquistar el amor, realizar un descubrimiento científico) es experimentado por el lector como un personaje rico y con bastante vida

El personaje plano movido por objetivos puede ser el motor de la acción en una novela en la que prime el elemento acción física (aventura) de traslados y obstáculos constantes. Como secundario con una intención oculta puede ser interesante en tanto es el maligno al que hay que detener de una buena vez en su accionar o el que quiere apoyar a pesar de que lo rechacen y no sólo no se vea su buena intención, sino que se cometa una injusticia contra él por efecto de su ambigüedad