—Hum, hm, las Grandes Guerras no me preocupan —dijo Bárbol—, ellas conciernen sobre todo a los elfos y a los hombres. Es un asunto de magos: los magos andan siempre preocupados por el futuro. No me gusta preocuparme por el futuro. No estoy enteramente del lado de nadie, porque, nadie está enteramente de mi lado, si me entendéis. Nadie cuida de los bosques como yo, hoy ni siquiera los elfos. Sin embargo, tengo más simpatía por los elfos que por los otros: fueron los elfos quienes nos sacaron de nuestro mutismo en otra época y esto fue un gran don que no puede ser olvidado, aunque hayamos tomado distintos caminos desde entonces.