Existe el celoso «normal» y universal, cuyo sentimiento sólo se manifiesta en situaciones en que la duda está justificada. También existe el celoso «neurótico» e hipersensible, de temperamento especial y que tiende a sospechar del otro de forma sistemática; este tipo proyecta sobre su pareja su propio sentimiento de culpa, pero puede entrar en razones si aportamos la prueba de nuestra inocencia. Finalmente, está el celoso «patológico» que sufre un auténtico delirio de celos; es totalmente tiránico y su sospecha no está fundada: el menor detalle es objeto de interpretación. Este comportamiento deriva de la psicosis pasional, una enfermedad de falta de autoestima y de duda (por lo tanto, del amor propio y de la posesión) con el miedo a ser engañado y abandonado.