Me levanté y me vestí cuidadosamente, porque así lo exigía mi naturaleza, aunque con ropa sencilla, pues no poseía ninguna prenda que no estuviera hecha con absoluta simplicidad. No solía descuidar mi apariencia ni desatender la impresión que podía causar. Al contrario, siempre quise tener el mejor aspecto posible para suplir mi falta de belleza