–¿Un recuerdo de Navidad…? ¿Un recuerdo de Navidad…?
Y de repente, exclamó:
–¡Ah… sí! Tengo uno, y además muy raro; es una historia fantástica. ¡Presencié un milagro! Sí, señoras, un milagro, una Nochebuena.
»Les sorprenderá que diga esto… yo, que no creo en casi nada. Y, sin embargo, ¡fui testigo de un milagro! Lo vi, sí, sí, lo vi con mis propios ojos.